domingo, 12 de abril de 2009

Policias enmascarados

Y llegamos a esto. Desde el 26 de marzo, transeúntes y conductores en Lima nos encontramos con la sorpresa de ver a los policías de tránsito de las principales avenidas usando mascarillas. La medida fue dispuesta por el Ministerio del Interior con el objetivo de prevenir enfermedades respiratorias entre los efectivos dado el aumento de los diferentes gases tóxicos, monóxido de carbono, smog y polvo que circulan en el aire de la ciudad.

Como ya sabemos, la policía de tránsito tiene que ejercer su trabajo bajo estas difíciles circunstancias durante seis horas aproximadamente, y las mascarillas sirven para protegerlos de los gases tóxicos de miles de vehículos, parte de los cuales ya debería ser chatarra.
Rinitis, bronquitis, asma, sinusitis y hasta cáncer al pulmón son las enfermedades a las que se exponen los agentes que controlan el tráfico vehicular en Lima.


Esta es una buena iniciativa, pero insuficiente. Ninguna mascarilla de tela protege al 100% y si hablamos de preocuparnos por la salud de los policías, debemos tener en cuenta que también están expuestos a los rayos solares, los cuales perjudican la piel y los ojos. Quizás deba considerarse, así mismo, la entrega de gafas oscuras y bloqueadores.

En la mañana del jueves 9, estuve caminando por la avenida más contaminada de nuestra ciudad: la Avenida Abancay. Esperaba ver a todos los policías con sus respectivas mascarillas, pero esto no pasó. Decidí entonces preguntarle a uno qué era lo que había pasado con las famosas mascarillas y me contó que ya no las usaban. Efectivamente, la fiebre no duró mucho, se logró hacer la noticia y ahí quedó. El oficial Trigoso me comentó sobre lo incómodo que les resultaba usarlas ya que se las tenían que sacar cada vez que necesitaban hacer sonar sus silbatos. Dijo que las mascarillas eran de un material sintético que les molestaba y que ya no pudieron aguantar seguir usándolas. No le pareció que haya sido una buena medida y cree que solo fue para que la ministra Mercedes Cabanillas “se marketee”. –Para ellos es fácil ordenar que las usemos, pero no saben lo que es trabajar en este ambiente y lo insoportable que era tener las mascarillas puestas.
Este policía lleva trabajando 10 años y lo que quisiera es que se le realicen chequeos a los pulmones para ver en qué estado se encuentran y así tener el respectivo tratamiento.


Lo que necesitamos son soluciones eficientes y no distracciones. Ojalá esta medida haya sido sólo el inicio de muchas otras. Queremos cambios.
Fuente: El Comercio, RPP, Peru 21

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